lunes, 20 de agosto de 2012

Mi camino.


Cada día que mi vida es más rutinaria, constante, indiferente… No creo que esté hecha para vivir así. Necesito algún cambio, aventuras… No sé si un día llegaré a escaparme de casa, no creo que pueda aguantar mucho más así. Todos los días espero que suceda algo emocionante y todos los días me llevo una decepción. Cada vez me distancio más de mi familia, de mis amigos…esperando un retorno a esa vida inesperada, increíble. Pero nunca ocurre y yo me voy separando más de la gente que me quiere y a la que en todo momento quise.
No sé qué me pasa. Me siento decepcionada conmigo misma, y huraña con el resto. Siempre pensé que a mí nunca me pasaría esto. Era una niña risueña, agradable, divertida… Sí, esa es el verbo: ERA. Parece que el colegio acaba, damos vacaciones de Navidad. Una época de felicidad por estar con la familia, por los regalos…o al menos, eso me parecía antes. Ahora es una época como otra cualquiera: de tremendo aburrimiento.
Estoy yendo a mi casa en autobús. Mis padres no están, pero tengo llaves. No sé lo que haré en adelante, no sé si lograré subsistir. Cojo la mochila y le meto cosas que podrían ser importantes, así como una fotografía de mi familia y otra de mis amigos. Me la cuelgo a los hombros, abro la puerta y me voy.
No sé lo que me espera ahí fuera, pero no tengo pensado volver. Al menos por ahora.
He dejado una nota en la nevera:
‘Me voy, no por un día, o una semana. No sé si volveré. Os quería y creo que os sigo queriendo, pero ya no estoy tan segura. Perdonadme. Adiós,
Raquel.  ’ .

No hay comentarios:

Publicar un comentario