¿Podemos realmente empezar de nuevo? Las personas siempre
hemos deseado poder hacerlo; cerrar los ojos por la noche y despertar siendo
quienes queremos ser.
No creo que eso sea posible. El tiempo pasa, la vida se nos
escapa, y lo único que podemos hacer es continuar hacia adelante, y esperar.
Esperar a que llegue a nosotros el amor, la felicidad. A que
la persona que amamos sea lo mismo, aunque sepamos que eso no es posible.
Somos animales de costumbre, y muy persistentes, por lo que
no nos cansamos de ser arrojados al suelo sin simplemente preguntar el por qué.
Sin embargo, nos ponemos en pie, sin saber la razón, tan sólo por la
cabezonería de intentar conseguirlo.
Las lágrimas tocan el suelo en el que estamos caídos,
mientras simplemente nos las borramos de la cara, con solo un movimiento de la
mano.
Y cerramos los ojos y vemos la realidad en la que podemos
convertirnos, con un arrojo casi masoquista, porque sabemos que todo esto no
puede salir bien.
La gente desaparece, pasan de largo, y nosotros solo deseamos
ser especiales, únicos. Y nos preguntamos: ¿Qué demonios hago aquí? Yo no
pertenezco a este lugar, y es entonces cuando volvemos a caer.
Y como un ser
irracional, nos incorporamos y seguimos avanzando, como si no recordásemos la
razón de nuestra caída, creyendo que ocurrirá algo que hará que todo acabe
bien.
Mientras deseamos cosas, soñamos, y conocemos a personas que
llegan a ser esenciales en nuestra vida, volvemos a tocar fondo con un
pesimismo absurdo, mas nos erguimos con naturalidad, sin siquiera darnos cuenta
de lo que implica nuestra caída, y de que nos cambiará para siempre.
Y la
pregunta vuelve: ¿Qué demonios hago aquí? No pertenezco a este lugar, no
pertenezco a este lugar, yo no pertenezco a este lugar…